Por: Sara Galeano - Profesional de Marca y Comunicación
One Young World es una organización sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido, que reúne a líderes jóvenes de todo el mundo para desarrollar soluciones a los problemas más urgentes del mundo en cumbres anuales que tienen lugar en diferentes ciudades, donde delegados de organizaciones benéficas, organizaciones no gubernamentales, corporaciones y universidades, son acompañados por líderes mundiales que actúan como consejeros. En esta décima edición, realizada en Londres, asistieron 2.000 jóvenes líderes de más de 190 países del mundo.
Aquí puedes ver un pequeño resumen del evento:
One Young World - 2019 London ReCap from One Young World on Vimeo.
Tres colaboradores de Luker Chocolate, fuimos en representación de la compañía para generar alianzas e identificar oportunidades de visibilidad para El Sueño de Chocolate, nuestro movimiento de sostenibilidad. Sin embargo, el aprendizaje que nos llevamos fue mucho mayor de lo que algún día pudimos imaginar. Tan solo en la ceremonia de innauguración y en el primer día tuvimos un indicio del poder que estábamos a punto de presenciar durante toda la semana del evento:
Los delegados de Corea del Sur y Corea del Norte, se agarraron de las manos y unieron sus banderas, un gesto que aunque pequeño, los hizo más fuertes y desapareció ante los ojos de muchas personas, las nacionalidades que los dividen; y en un foro llamado, “An interfaith discussion, oneness of humanity” vimos como los líderes de diferentes religiones del mundo gritaban al unísono “Yes, we are one”.
Pero, ¿Por qué fuimos? En Luker Chocolate a todos los colaboradores nos mueve un mismo propósito: hacer del mundo un lugar mejor a través del chocolate. Entonces, ¿Existirá una manera más maravillosa de generar impacto que poderse conectar con gente que cree en lo mismo que nosotros? Conectarnos con personas que tienen nuestra misma visión, con empresas que comparten nuestros mismos valores y filosofía fue, sin duda alguna, la mejor retribución de esta experiencia, pues es uniéndonos que podemos construir un mundo mejor para todos, es generando fuerza colectiva y replicándola lo que necesita el planeta en este momento.
Durante la semana del evento se hablaron de muchos temas que apuntan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible: esclavitud en nuestra era, libertad de prensa, el futuro de la educación, mitigación de la pobreza y cómo construir paz en un mundo tan polarizado, entre otros. Estos temas fueron tratados a través de historias conmovedoras, poderosas e inspiradoras, contadas por jóvenes que a pesar de haber pasado por situaciones increíblemente difíciles, tuvieron el corage de construir a partir de sus cenizas y de compartir su experiencia con el mundo. Entre los panelistas hacían parte personas como GeumHyok Kim, un activista por la libertad de prensa de Corea del Norte, Muhammad Yunus, el padre del emprendimiento social y Paul Polman, el fundador de Imagine, un colectivo que utiliza los negocios para alcanzar nuestros objetivos globales.
Sin embargo, dos temas fueron considerados como urgentes y críticos: el cambio climático y la inequidad. Incluso, durante la ceremonia de clausura más de dos mil asistentes declaraban al unísono una emergencia climática. ¿Pero qué hacer ante el mayor crimen intergeneracional de la humanidad? Hablar ya y no esperar a que alguien más nos motive e impulse a estar en un nivel de consciencia mayor; conectarnos más con la naturaleza, porque si no sabemos qué es la naturaleza no vamos a cuidar de ella; entendiendo que las plantas, los animales y los humanos estamos interconectados y que si uno falla, todos caemos; cuidando lo que heredamos de las anteriores, proveer por las futuras y siendo conscientes que no estamos por encima del medioambiente, que somos parte de él.
Y es ahí donde entramos los jóvenes, pues la juventud, con tantas herramientas a su disposición, es la que tiene el mayor poder para resolver problemas tan urgentes. Los jóvenes somos más innovadores, estamos más conectados, tenemos esperanza y soluciones para crear el futuro que queremos pero, no es suficiente. Como dijo Bob Geldof en su discurso, “There is power in this room, there is genius, what we need is action”. Necesitamos actuar, hablar más, compartir los números y los datos de la ciencia, concientizar a las personas de la urgencia de los problemas actuales y unirnos a movimientos, pues solos podemos ser valientes, pero hay mas poder en el valor colectivo. Debemos cambiar nuestro estilo de vida, la forma en la que comemos, la manera en la que consumimos, eliminar los plásticos de un solo uso, participar en política, cambiar la manera en la que nos transportamos y, lo más importante, tomar decisiones inteligentes de consumo: compremos a las compañías que hacen el bien, pues los negocios, a veces tan poderosos como los estados, tienen una enorme responsabilidad de impulsar un cambio transformador.
Y recuerden,
“Nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia”, Greta Thunberg.